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Esta no es una novela más. El exacto prólogo de Sergio Víctor Palma da solemne marco al circo.Su salvaje lírica rapsódica no permite que se lea con la razón. Con la razón no se lee. Dividida en dos. Cada una de las partes guarda entre sí la distribución áurea de un cuadro de Rothko, la sucesión de Fibonacci. Y a cada una, le corresponde una galería de ilustraciones a cargo de Juan Pereyra. Muerte parcial y olvido dan lugar a un sentir alternativo. Los recuerdos reaparecen teñidos de ensueños. La mansión en la calle Basavilbaso se torna prisión, y la empleada domiciliaria es reemplazada por un enfermero cuidador. Para abordar este cuerpo vivo de páginas, es requisito un espíritu fuerte, como el femenino, dejarse llevar. El contenido demencial se fusiona a la forma, dando lugar a la rapsodia. Si estás con ganas de viajar. Voilà (del frc.1. listo 2. ya está 3. ahí tenés).

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